Salut les “Indofans”:
Llegamos al mes de agosto, que para nosotros es el de la aparición del discazo “Dancetaria” que salió a la luz en un mes de agosto de 1999. Acá compartimos una reseña que sobre este trabajo musical hiciera la prestigiosa revista Rolling Stones en el 2010.
Llegamos al mes de agosto, que para nosotros es el de la aparición del discazo “Dancetaria” que salió a la luz en un mes de agosto de 1999. Acá compartimos una reseña que sobre este trabajo musical hiciera la prestigiosa revista Rolling Stones en el 2010.
“Convencidos de proseguir la aventura musical, tras ser
desembarcados de su anterior disquera, Nicola y Stéphane Sirkis firmaron un nuevo
contrato con un pequeño sello, que era filial de una sociedad comercial belga.
La preproducción del octavo disco del grupo comenzó cerca de
París, en diciembre de 1998, con el tecladista Jean–Pierre Pilot, quien estuvo
presente en el álbum precedente, y quien participará en la producción del disco
de manera conjunta con los hermanos Sirkis.
A fines de febrero de 1999 se produjo la desaparición física
de Stéphane, afectado por una hepatitis fulminante, tras haber participado en la
composición de buena parte de las canciones del disco. Ante ello, Nicola
decidió grabarlas y dedicar el álbum a su hermano.
Culminado en Bruselas, “Dancetaria” precisa los nuevos
rumbos que tomaba Indochine, sobre todo gracias a la llegada del guitarrista y
arreglista Olivier Gérard (alias, Oli de Sat), quien era un fan del grupo que
anteriormente había enviado remixes. El bajista Marc Eliard, el guitarrista Boris
Jardel y el baterista Matthieu Rabaté también forman parte de este viaje
musical.
Con un sonido poderoso, mezclado por Gareth Jones (quien
trabajó con grupos como Depeche Mode y Garbage), los 12 temas del disco nos
muestran una gran variedad musical, new wave (Atomic Sky, Venus), o
insospechadas secuencias électro-rock (Manifesto, Astroboy), que va entre los
estilos de Twin FX y de los Nine Inch Nails.
Las letras más sombrías de las canciones conservan, a pesar
de eso, la sencillez propia de los anhelos adolescentes que tanto gusta al
principito del romanticismo oscuro. Su voz, que no se ha detenido en
enriquecerse de matices, ha ganado en sensibilidad. A pesar de haber tenido una
discreta rotación comercial, se vendieron más de 120 000 ejemplares de este
disco.
Especie de compañero de ruta hacia el paraíso, Nicola
transita sobre la vía que pronto le llevará a grabar “Paradize”, llevando al
grupo hacia el nuevo milenio para así renovar una nueva cita con el éxito”.
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